El elevado número de obras en plata de la parroquia de San Miguel, junto con la gran calidad de la mayoría de ellas y en muchos casos su variada y original tipología, muestran la importancia del templo al que pertenecen, por lo que no en balde, se le ha asignado desde tiempo inmemorial el calificativo de quasi-catedralicio.
Al respecto destacan los juegos de cruz y candeleros de celebración, obras excepcionales y riquísimas, sobre todo aquellas destinadas al altar mayor y a los grandes días de fiesta. En el centro de la sala puede observar la gran Custodia de tipo solar, encargada por la Hermandad Sacramental en 1674 al gran artífice jerezano Juan Laureano de Pina.
En esta sala pueden contemplar incensarios, navetas, patenas; vinajeras, así como Cálices y Copones. En esta sala resalta un lienzo de la Santa Faz, realizado en el obrador de Francisco Zurbarán.