Contiene la imagen del Santo Crucifijo de la Salud, de mediados del siglo XVII atribuida a José de Arce. Esta capilla, que funcionó como sagrario y capilla funeraria de la familia Pastrana, se concluyó en 1544.
Alberga la imagen de María Santísima de la Encarnación, dolorosa realizada en 1929 por Antonio Castillo Lastrucci; una escultura de San Cayetano, de autor anónimo del siglo XVIII; y una pintura que representa la Subida al Calvario, obra de excepcional calidad de escuela española de comienzos del siglo XVII.
Construida a mediados del siglo XVII, contiene un retablo neoclásico que alberga la imagen de Nuestra Señora del Pilar, realizada por Cristóbal Voisín en 1556. Resalta sobremanera en el lateral izquierdo el lienzo de la subida al Calvario de mediados del siglo XVII, atribuible al gran pintor Juan de Valdés Leal; a la derecha se sitúa un retablo que alberga la imagen de la Virgen de los Reyes.
Está compuesto de altar y retablo y su arquitectura corresponde a Agustín de Medina y Flores, mientras que las esculturas de su relieve a Francisco Camacho de Mendoza. Todo el retablo está concebido para servir de grandioso marco al relieve central de las Ánimas del Purgatorio, que se encuentra presidido por la imagen del arcángel San Miguel, cuyos ángeles ayudan a rescatar las almas de los difuntos.
Levantada en el primer tercio del siglo XVI y se abre al templo mediante un arco carpanel. El espacio se cubre por una compleja bóveda de crucería con combados. Sobre la pila bautismal la pintura el Bautismo de Cristo de autor anónimo del siglo XVIII. En esta pila bautismal fue bautizada María Dolores Flores Ruiz, conocida artísticamente como Lola Flores y apodada la Faraona, que fue una cantante de copla, bailaora y actriz española del siglo XX.
La imagen de San Pedro fue encargada a principios del siglo XVIII al afamado escultor Ignacio López. Una restauración de finales del siglo XIX removió su altar al lateral donde hoy se conserva. En su lugar, se instaló un retablo neogótico con una imagen de la Virgen del Carmen, y en el lado siguiente otro con la de San Antonio de Padua.
Perteneció en su día a los caballeros de este linaje, uno de los más destacados del panorama nobiliario de Jerez. El sepulcro de su interior labrado en mármol rojo es de un miembro de estala familia. El retablo barroco está presidido por la imagen de San José, a cuyos lados se encuentran las pinturas de San Miguel y San Juan Bautista respectivamente. El conjunto queda rematado por otra de Dios Padre.
La parte más llamativa de la capilla de la Virgen del Socorro es su bóveda, que es única en el mundo. Fue realizada en 1547 y se encuentra firmada por su autor, Pedro Fernández de la Zarza. Es un hermoso experimento que aúna las técnicas constructivas del último gótico con las del renacimiento. La peculiar edificación permite incluir en la plementería profundos relieves escultóricos que representan la eterna lucha entre el Bien y el Mal. La imagen de Nuestra Señora del Socorro, es obra de José Esteve Bonet, escultor de cámara del rey Carlos IV.